domingo, 11 de noviembre de 2012

Tenía una piedra en la cara

Por fin he conseguido soltarme la piedra que se me había incrustado en la cara. Me decían que no era una piedra, que era una costra que había hecho mi cuerpo para no desangrarme. Pero muy rápido me parecía a mí que se había hecho una costra tan gruesa, tan dura y tan NEGRA.
Sin embargo, yo intentaba sacármela y no había manera. Así que pensaba que realmente sería una costra y que había cogido ese color y esa forma por el golpe que me había llevado en la cara. Pero todos los días seguía intentando sacármela.
Y cinco días después, por fin, ha salido casi sola por su propia voluntad (y yo rascando y empujando) y he podido comprobar QUE HE IDO POR LA CALLE CON UNA PIEDRA ENCIMA DE LA CEJA INCRUSTRADA y nadie me ha mirado raro (bueno, sí).
Ahora tengo un agujerito, pero nada exagerado. Casi como si me hubiera hecho un piercing en la ceja y me lo hubiera quitado. ¡Menos mal que cuando quise hacerme uno en la ceja, finalmente no me lo hice, si no a saber cómo habría terminado de verdad mi ceja!


¿A lo mejor se me queda cicatriz?

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