lunes, 25 de junio de 2012

Reconozco mi parte de culpa

Sé que soy un poco kamikaze a veces y que voy al límite en situaciones en las que tendría que parar. Hoy me ha pasado una de las mías. Y es cierto que no ha sido solamente culpa del pobre autobús urbano de tuzsa, sino que yo también he dejado de tener en cuenta algunos factores muy importantes. 



Estaba yo en el CORRONCHO AMARILLO de Avenida Valencia esperando a que el semáforo de los coches se pusiera en rojo para cruzar al otro lado por el carril bici. Había una señora delante de mí que ha intentado saltarse ese semáforo, pero al avanzar un metro ha retrocedido porque venían coches muy rápido. 

Yo sé que este semáforo es especial y es que el rojo para los coches y el verde para los peatones se ponen en el mismo momento (no entiendo por qué, porque además los coches que vienen desde Paseo Teruel no se suelen quedar parados NUNCA en ese semáforo aunque esté en rojo). Entonces, cuando se ha puesto ámbar, he mirado hacia el Paseo Teruel a ver cuántos coches estaban viniendo.

Más o menos donde está el CORRONCHO ROJO estaba el autobús, y por la línea que era sabía que vendría a Avenida Valencia. Pero lo he visto tan lejos y, viendo que el rojo se iba a poner en dos segundos, he pensado que se vería obligado a parar. 

Pero no. 

Es cierto que yo he cruzado 1 segundo (como mucho) antes de lo que debería haber cruzado. Es verdad que he cruzado 10 o 20 segundos antes de lo que debería haber cruzado para dejarle tiempo al autobús para saltarse el semáforo no en ámbar, sino en rojo y atravesarlo. 

Y quiero ir más allá. El autobús, ni ha frenado. Se ha limitado a tocar el pito y seguir adelante. Y ya, una vez que yo había atravesado el paso de cebra, el autobús se había comido el semáforo en rojo. La señora que había intentado saltarse el paso de cebra un minuto antes se ha llevado el susto de su vida, y unos señores han gritado por ahí que eso es peligroso y que a dónde va ese autobús. Ha frenado. En su parada correspondiente. 

Al menos, la señora habrá aprendido a no saltarse nunca el semáforo en rojo, ni en ámbar para los coches. Ni en rojo para los coches si hay un autobús urbano en 100 metros a la redonda. Pero todo esto ya lo sabíamos. Por eso, la culpa es de todos. ¿De quién es la responsabilidad?


1 comentario:

  1. Sin duda automovilistas, conductores de furgones y autobuses urbanos se creen circulando en la autovía de Logroño al menos.
    Son unos intolerantes y pésimos conductores. Si nos dieran un talonario de multas a peatones y ciclistas podríamos ganar por goleada y además de facturar un buen dinero, perderían miles de puntos los quemagasolinas.
    Esperando a cruzar en importantes avenidas son una gran cantidad los vehículos a motor que se cruzan en rojo, no ya en ambar, sin tocar el freno y aún pitando. ¿dónde van? ni ellos lo saben, solo intolerancia y mala educación cívica.

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