Nunca me han gustado. Los móviles son una carga en mi bolsillo, en mi bolso o en cualquier parte de mí. Tienen sus utilidades, es cierto, pero cuando más los necesitas te dejan tirado. Llevo un móvil conmigo desde que tengo unos 18 años y pocas veces me ha ayudado, sinceramente. Es más, me ha traído problemas.
Que si no lo oyes cuando suena.
Que si no te oyen.
Que si la línea va mal.
Que si no llegan los mensajes.
Que si no hay cobertura.
Que si se apaga de repente.
Que si pita.
Y ahora, lleva una semana, que no le da la gana llamar a ciertos números. Algunos días llama, otros no. A veces recibe llamadas, otras veces no las recibe. Parece ser que cuando por fin consigue una, debes olvidarte de ellas por un día o dos. Y lo mismo con llamar. Si te toca rato roto, no llamas y te jodes.
Ahora soy de Jazztel. De normal, el servicio va bastante bien y no sale caro. Pero, de repente, zas, no se sabe por qué pasa eso y te dicen que ya te lo solucionarán en dos días. Al cuarto parece solucionado, y te lo crees. Y entonces, zas, muere.
A la mierda!
Ya no son tan fantásticos, ¿verdad?
ResponderEliminar¿A que echas de menos los fijos de toda la vida?
Claro, si ya lo decía yo.
No es que no me gusten los móviles porque sí ni que me gusten los fijos de toda la vida. Lo que no me gusta es el agobio que es llevar uno encima y que, si falla, estás perdido >.<!!
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