viernes, 10 de mayo de 2013

Suicidios e impuestos

Hoy quiero mezclar dos temas que poco o nada tienen que ver entre ellos, pero me encanta simplemente mezclar temas. Soy un poco danesa en eso.

El primer tema es el suicidio en Dinamarca. El segundo tema es los impuestos y los beneficios que tienen los daneses. Antes de todo lo que voy a criticar a Dinamarca (porque es gratis, una de las pocas cosas de este país) quiero decir que todos los contras que tiene el país, seguro que los ganan los pros. Pero hoy no los veo.

En primer lugar, y de pasada, tengo que mencionar que Dios ha vuelto a romper otra de las bicis que yo conduzco. Es Dios porque tiene que ser un ser que todo lo sabe, porque no es normal que cada vez las rompa de una manera diferente y alucinante. En fin. Ahora entiendo por qué tanta gente se suicida en este país. Desde luego a mí también me entran ganas de tirarme a las vías del tren cada vez que tengo una avería con la bici. Y qué exagerada es la latina, dirán los felices inventores de la Christiania Bike, pero es una estúpida pasada lo que se rompen las cosas en este país: las bicis, la ropa, y lo peor son los zapatos! (dios, nunca había tenido los zapatos más rotos que en este país, y no uno, sino todos los pares que llevo, los que tiran sal a la calle deben ir a comisión de las tiendas de botas), la comida es de la calidad más pésima que he encontrado en mi vida. Los daneses tienen mucho que envidiar a la soviética Rusia. Y por no seguir nombrando. El negocio de las bicis, así de claro, mata a muchas personas en Copenhague.

Por otra parte, yo al principio era de la opinión de "fíjate tú, venimos los inmigrantes y nos aprovechamos de todas las ventajas y beneficios que tiene el sistema danés sin haber pagado toda la vida impuestos como han hecho los daneses". Pues me cago en la puta madre del sistema danés hoy. Está muy bien que te cobren por una mierda de manzana 3 euros, porque con ese dinero estás pagando que el cajero adolescente tenga seguridad social, que el que transporta las naranjas lleve a sus hijo gratis al colegio y que el intermediario tenga vacaciones pagadas. De puta madre. Eso también son impuestos. Pero qué pasa, cuando los putos guiris vienen a España, ¿pagan los impuestos que pagan aquí? No. Se compran un kilo de naranjas por 80 céntimos y se las comen tranquilamente. No se acuerdan ni de la adolescente que no puede entrar en un programa de compensatoria porque no hay, ni del agricultor que tiene que esperar una lista de espera del copón para que le operen la pierna, ni de todos los capitalistas que exprimen el sistema. Es decir, en España les tratamos como a Españoles, con todas las cosas malas, y todas las cosas BUENAS.

¿Por qué los extranjeros no podemos ser tratados en Dinamarca como daneses? Yo ya tengo las cosas malas y cuando reparar un pinchazo de una rueda te cuesta 6 euros (es gratis dicen los daneses! Por Jesucrist el único hijo de nuestro señor y por su puta madre espero que el puto moro tenga sanidad gratis, porque ya como tenga que pagar por ir al médico de mierda danés la terrorista voy a ser yo, y no él). ¿Por qué no las BUENAS?

La conclusión es la misma de siempre.

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