Yo ya me olía algo ayer, y no eran los platos sucios que mi novio no quiso fregar. Y es que hoy mi bicicleta ha amanecido pinchada. En fin, ya lo sabía antes de venir aquí, siempre tengo un compañero rarito (66% de las veces alemán) que me hace putadas. En este caso sin querer, seguramente, pero bueno.
Pues bien, el pobre chaval no iba a salir impune, así que he ido a decírselo. He intentado ser muy cordial porque sé que voy a tener que aguantarlo hasta junio y es pronto para que empiece una batalla, pero bueno, he hecho lo que he podido.
De todos modos, hay que decir a su favor que, aunque en un primer momento haya querido parecer no culpable y que él no sabía nada del asunto, luego se ha preocupado mucho por arreglar mi bici y lo ha hecho. He puesto al chaval a trabajar durante 2 horas hasta que supuestamente ha quedado arreglada.
Mañana veremos qué ha pasado. Espero que esté bien. Si lo está, a lo mejor le regalo un bote de mermelada de naranja como aquel que recibí yo de otro loco compañero de piso alemán, que a lo mejor les gusta. El pobre alemán va a acabar hasta el gorro de mí.
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