Autoevaluación:

Para aprobar el prácticum, nos hacen escribir unas conclusiones sobre nuestra actuación como profesores. Lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal.

Yo he pensado, que alabarme yo misma era una cosa con poca gracia; y criticarme a mí misma, podría parecer un poco masoquista. Así que he dejado que lo hicieran mis alumnos por mí. Les he dejado total libertad para escribir lo que quisieran, simplemente diciéndoles que escribieran una cosa buena y una mala (aunque han escrito muchas buenas, jaja, son tan tiernos...). He aquí los resultados (sobre 15 alumnos, que algunos faltaban):

BUENO:
-ameno y divertido: 10
-explica bien, se entiende a la perfección lo que dice y habla alto y claro: 9
-es agradable y tiene buen carácter: 7
-mantiene el contacto con los alumnos y participan todos en la clase: 5
-estaba segura de sí misma y no nerviosa: 5
-repite las explicaciones y con diferentes palabras y no deja nunca dudas en el aire: 4
-le gusta lo que hace y le pone ganas: 2
-plantea retos: 1
-corrige bien los exámenes: 1
-se preocupa por los alumnos: 1

MALO:
-ha habido momentos de confusión: 5
-a veces no estaba demasiado segura: 4
-seguía diferentes criterios: 1
-corrige encima de otras oraciones: 1
-no te he podido coger manía: 1
-nada: 4


Esto también nos puede servir para ver qué buscan los alumnos en un buen profesor. Como vemos, aprecian más en que se lo pasen bien, entiendan de qué les hablas y seas buena persona más que dominar la materia.
Esto me hace pensar cómo son normalmente los profesores con ellos para que lo que más valoren en mí es que se hayan echado unas risas, que no me enfade y hayan entendido lo que les explicaba (en lengua castellana de toda la vida, lo juro).