Comencé a escribir ayer.
Porque era lunes.
Hace mucho tiempo que he estado pensando en volver a publicar aquí. Era divertido. También era un buen método de hablar sobre temas que no hablo normalmente. Y de gente que normalmente no me habla, me mandara un mensaje. La verdad es que eso estaba muy bien. Ha habido mucha gente en estos 9 meses que me ha dicho que echaba de menos el blog o que ya no sabían nada de mí desde que no escribía. Es curioso eso, supongo que cómodo también. Y así no quito tiempo. Porque ya sabemos todos que cuando se trata de hablar por internet, yo acaparo todo el tiempo del mundo. O al menos podría hacerlo. Hay gente que puede corroborarlo.
Pero bueno, en realidad sí que casi me han obligado a volver a escribir. Y no los del periódico ese que publicaban algunas cosas mías de aquí. Y no sé si me han obligado por lo que aportaban mis posts a terceros (que lo dudo mucho) o si por lo que me aportaban a mí misma (la verdad que lo dudo también, pero si tengo que decantarme por una, será por lo egoísta que es la gente y como solo quieren su propio beneficio intentando ocultarlo tras el de los demás. Qué considerados).
Pero fue ayer y no otro día porque recuperé las ganas de seguir haciéndolo. Y de no amargarme más la vida (en realidad me la habéis amargado vosotros, SKAT y SU de mierda, para ser francos) y volver a dedicarme un poco más de tiempo a mí misma.
Porque ese embarazado que la gente me dijo que había tenido, no era solamente una frase en facebook y una foto jamás publicada (NOTA MENTAL: poner la foto en este blog), sino que ha sido más bien un dedicarle todo a lo que estaba por venir, y no a mí misma.
Y total que estamos igual que donde lo dejamos.
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